Scroll to top

 

Llevar a cabo un blanqueamiento dental requiere de unos conocimientos adecuados y unos recursos óptimos. Además, no solo es una cuestión estética, sino de salud.

Existen principalmente dos tipos de blanqueamiento que se pueden realizar desde la consulta dental:

  • Blanqueamiento “ambulatorio”: lo realiza el paciente en su casa, con el material, recomendaciones y precauciones que le proporciona su odontólogo. Se utilizan férulas de plástico transparentes hechas a partir de un molde de la boca, donde se coloca el gel blanqueante con unas jeringas (habitualmente de peróxido de carbamida 10-22%). El dentista explicará el número de horas al día que debe llevarse puesto y el número de semanas que debe usarse (no suelen ser más de cuatro semanas).
  • Blanqueamiento “en la clínica”:  esta técnica se lleva a cabo en la consulta dental. El dentista protege primero las encías y, a continuación, coloca el gel blanqueante (habitualmente peróxido de hidrógeno al 35-40%), que se activará mediante calor y/o una fuente de luz. Normalmente suelen realizarse unas cuatro sesiones de unos 15-20 minutos, pero esto puede variar en función del producto. También pueden realizarse mediante láser.

Siempre con la supervisión del dentista

El blanqueamiento dental es un tratamiento estético altamente demandado que siempre requiere la explicación y supervisión por parte un dentista. Los dientes están formados, además de por estructuras duras y mineralizadas (como el esmalte y la dentina), por un sistema nervioso y por vasos sanguíneos que pueden verse afectados si este tratamiento no se realiza adecuadamente. Solo el odontólogo posee los conocimientos adecuados para diagnosticar y guiar al paciente en el blanqueamiento de sus dientes.

Además, es imprescindible que, antes de iniciar el tratamiento, nuestro dentista nos revise la boca y corrobore que no tenemos ninguna infección oral, (como caries o periodontitis), ya que nuestros dientes y encías pueden verse perjudicados en mayor medida. El único blanqueamiento seguro es aquel que es supervisado por el dentista.

A tener en cuenta

La venta en Internet de este tipo de recursos, sin la necesaria y consiguiente indicación y explicación por parte del odontólogo, puede deparar consecuencias nefastas. Es sencillo y asequible comprar por Internet “kits de blanqueamiento” que disponen de unas férulas de plástico donde se vierte el agente “blanqueante” o determinadas “tiras blanqueantes” que se colocan sobre los dientes.                                  De modo similar, en algunas farmacias se venden productos blanqueantes que, al no estar controlados por el dentista, conllevan ciertos riesgos.

Todos estos productos poseen agentes blanqueantes que, al estar presentes en muy bajos porcentajes, pueden llegar a aclarar el color de los dientes, pero más tiempo de utilización que el que se emplea en la clínica dental que, al estar monitorizado por el odontólogo, lleva mayor concentración del agente blanqueante y produce el efecto con mayor rapidez.

Fuente: cuidatusencias.

 

Related posts

Abrir chat
1
Hola,
¿en qué podemos ayudarte?